- El consumo diario de verduras, frutas y la actividad física reducen el riesgo
- El próximo 4 de febrero de conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, con el lema: Cáncer, no más allá de nosotros
Una alimentación con alto consumo de carne roja (res, cordero o hígado), alimentos procesados y algunas carnes frías, combinados con inactividad física, tabaquismo y obesidad, aumentan el riesgo de padecer cáncer de colon y recto.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Cancerología de la Secretaría de Salud federal, se ha encontrado que cocinar las carnes a temperaturas muy altas (freír, asar o cocinar a la parrilla) crea químicos que pueden aumentar el riesgo, aunque no está claro cuánto de esto puede contribuir al desarrollo de la enfermedad.
En el marco del Día Mundial contra el Cáncer este 4 de febrero, es fundamental hacer conciencia entre la población de la necesidad de tener una alimentación con alto consumo de vegetales, verduras, frutas y granos integrales, además de hacer actividad física por lo menos 40 minutos tres veces a la semana y evitar el consumo de cigarrillos, para reducir el riesgo,
Es que las personas que fuman por mucho tiempo tienen mayor probabilidad de padecer y morir de cáncer colorrectal que quienes no fuman, porque algunas sustancias cancerígenas que se encuentran en el humo se disuelven en la saliva y si se tragan pueden causar cánceres del sistema digestivo.
Otros elementos que aumentan la probabilidad de cáncer colorrectal es la diabetes tipo 2, antecedente de pólipos adenomatosos (adenomas), especialmente si son grandes o numerosos; enfermedad inflamatoria intestinal, incluyendo la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, una afección en la cual el colon se encuentra inflamado durante un período prolongado de tiempo, así como los antecedentes genéticos, ya que una de cada cinco personas que lo padece tiene otros familiares que han sido afectados por esa enfermedad.
La mayoría de los cánceres colorrectales se desarrollan lentamente durante varios años. Antes de que se origine, usualmente se forma un crecimiento de tejido o un tumor que es un pólipo no canceroso en el revestimiento interno.
Más del 95% de los cánceres colorrectales comienzan en las células que forman glándulas que producen mucosidad para lubricar el interior del colon y del recto. Una vez que las células cancerosas se propagan a los vasos sanguíneos o linfáticos, pueden trasladarse a partes distantes del cuerpo, como el hígado, que se le denomina metástasis.
Los adultos más jóvenes pueden padecer esta enfermedad, aunque las probabilidades aumentan significativamente después de los 50 años de edad. Se reporta que 9 de 10 personas diagnosticas tienen al menos 50 años de edad.
El cáncer colorrectal a menudo se encuentra después que se presentan los síntomas, por esta razón, es importante hacerse las pruebas de detección ante la presencia de cualquiera de los siguientes síntomas:
Algún cambio en los hábitos de evacuación como diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces fecales (excremento) por varios días, sensación de que necesita defecar y que no desaparece después de hacerlo, sangrado rectal, heces oscuras o sangre en las heces fecales (sin embargo, a menudo, el excremento luce normal), cólicos o dolor abdominal, debilidad y cansancio, pérdida inexplicable de peso.
Los tipos principales de tratamiento que se puedan usar son cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapia dirigida, y la curación depende del avance de la enfermedad.
Fuente SSA