Sexualidad y diabetes: ¿es posible tener una vida sexual normal viviendo con diabetes?

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Susana Bárcena Gaona / Doctora en Psicología de la Salud

La edad mediana es una de las más interesantes de la vida. La energía física en conjunto con  la experiencia acumulada permite un desarrollo pleno a nivel individual, económico, familiar y social.  En el terreno sexual, las relaciones también se favorecen, desaparece la prisa y el temor de la adolescencia. Por ello, un diagnóstico de diabetes a esta edad supone un atentado contra el desarrollo normal de los distintos roles que se desempeñan. Sin embargo, como se verá más adelante, esto no necesariamente es así.

Para entender la forma en que la diabetes puede afectar la sexualidad es necesario conocer cómo opera la respuesta sexual, ésta  inicia con el deseo. Ver, oler, tocar, escuchar y besar a la pareja desata una serie de pensamientos y fantasías que conducen a la fase de excitación, durante este momento la sangre inunda la zona genital provocando que el pene crezca;  la vulva dilate y la vagina  lubrique. En seguida, inicia la fase de mayor excitación, los músculos se tensan, el cuerpo aumenta de temperatura, se incrementa el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. En los hombres, se presenta una sensación de presión y calor en la pelvis; mientras que en las mujeres, los pechos crecen, la vagina se expande y aumenta la congestión vascular en los labios menores. Aparece una sensación de tensión que se libera con el orgasmo.  Tanto en hombres como mujeres el orgasmo provoca placer intenso y contracciones en la zona genital y se produce la eyaculación (más común en hombres que en mujeres). Todo termina cuando el cuerpo regresa a la normalidad (fase de resolución), en el hombre aparece el periodo refractario en señal de que no puede volver a excitarse inmediatamente.

En la respuesta sexual intervienen diferentes órganos y sistemas que se ven afectados por la presencia de la diabetes. Por ejemplo, el nivel alto de glucosa en la sangre ocasiona cansancio, mismo que puede minar el deseo sexual. Asimismo, la diabetes afecta la irrigación sanguínea impidiendo que llegue a los genitales, dificultando que el varón logre y mantenga una erección; en la mujer hay falta de lubricación y expansión vaginal que provocan dolor durante el encuentro sexual e imposibilidad para alcanzar un orgasmo (anorgasmia).

El funcionamiento sexual también se ve afectado por factores psicológicos tales como problemas de autoestima, ansiedad y depresión asociados a un mal afrontamiento de la propia diabetes. La persona con esta enfermedad puede sentirse insegura, percibirse enferma y poco atractiva, lo cual reduce las ganas de tener intimidad con la pareja.

A pesar de que un buen número de pacientes con diabetes llega a presentar algún tipo de disfunción sexual, la mayoría no se atreve a hablar abiertamente con su médico. Por eso es muy importante vencer esta barrera y a la primera señales de un problema sexual acudir al médico. La atención oportuna y adecuada permite que una persona con diabetes pueda tener una vida sexual satisfactoria. Actualmente, se cuenta con medicamentos y tratamiento psicológico efectivos para resolver estos problemas.  Los fármacos como la Viagra y el Cialis incrementan el flujo sanguíneo en los genitales, resolviendo los problemas de erección en los varones, en caso de contraindicación, también se puede recurrir a la inyección de sustancias vasodilatadoras, o bombas de vacío,  cabe recalcar que el uso de estos productos debe estar bajo estricta supervisión médica. Para las mujeres, existen geles y lubricantes que alivian la resequedad vaginal.

Cuando los problemas sexuales tienen un origen psicológico, es importante que se acuda con especialista en el área. El terapeuta hará un análisis de la historia sexual de la persona, analizará los eventos que pueden estar inhibiendo el deseo sexual, tales como inseguridad, malestar con la pareja, depresión o estrés y  propondrá alternativas de solución exitosas. De no recibir atención adecuada y oportuna, se corre el riesgo de que el problema se agudice, provocando falta de confianza y conflictos con la pareja.

Por todo lo anterior, es necesario en primer lugar que se tenga un adecuado afrontamiento de la diabetes, esto implica otorgarle una dimensión real que permita generar la sensación de control. Para esto es importante, conocer la enfermedad, cumplir con la ingesta de medicamentos, tener una dieta saludable y combinar con ejercicio.

En segundo lugar, es fundamental que la persona con diabetes esté informada  de las consecuencias que la diabetes puede ocasionar en  su vida sexual, esto podría contribuir a mejorar el cumplimiento de las medidas base necesarias para evitar la disfunción sexual. También es indispensable que los profesionales de la salud promuevan un clima de confianza que facilite a sus pacientes hablar libremente de los temas de sexualidad que les preocupan, todo ello con el propósito de identificar y atender a tiempo cualquier problema que  presenten, y así, mejorar su la calidad de vida.

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Contacto:

Nombre: Susana Bárcena Gaona

Profesión: Doctora en Psicología de la Salud

Correo electrónico: psicologa_sbg@hotmail.com

Institución: Entelequia Social

Dirección: Insurgentes Sur #327, Col. Hipódromo Condesa.

Teléfono: 6363 5093

 

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