Creer que es posible lograr una dentadura blanca es sólo un idealismo, ya que en realidad el tono de los dientes está ligado a varios factores como la genética y el envejecimiento. En conjunto nos permiten entender que los dientes no son del todo blancos, estos cuentan con una capa de esmalte que los protege, cuyo grosor y color es hereditario, y que al desgastarse con la edad, provoca un cambio en la coloración.
Datos de la American Dental Association (ADA), indican que el daño de los dientes está correlacionado con los alimentos que elegimos y la frecuencia con la que los consumimos, asimismo señala que los refrescos, bebidas frutales endulzadas, golosinas y alimentos poco sanos, son los que más perjudican el estado general de los dientes.
Por otro lado, hábitos como el tabaquismo y ciertas bebidas, también contribuyen a la pigmentación de los dientes. Otros factores que de igual forma intervienen son ciertas enfermedades o trastornos genéticos; en este último caso lo más conveniente es acudir al odontólogo para que te brinde una solución segura.
Estos son algunos consejos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emite para evitar daño en el esmalte de tus dientes, y por lo tanto que se manchen:
- Disminuye el consumo de azúcares.
- Mantén una dieta equilibrada2.
- Evita el cigarro3.
- Reduce el consumo de alcohol.
- Asegúrate de comer frutas y verduras.
- Visita de forma frecuente al dentista.
- Cepilla tus dientes tres veces al día.
Toma en cuenta que estos buenos hábitos no sólo te ayudarían a prevenir el desgaste de tus dientes, también te evitan la formación de caries. Ante cualquier duda consulta a un experto.
Fuente: gsk
