Si vivo con diabetes ¿Cómo puedo tener una dieta vegetariana saludable?

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Si tienes diabetes y decides seguir una dieta vegetariana es importante que conozcas algunas consideraciones sobre este tipo de alimentación y, sobre todo, que consultes previamente con tu médico especialista para que te guíe en la mejor manera de adaptarla.

La dieta vegetariana es un plan de alimentación que consiste en la ingesta de productos de origen vegetal evitando consumir productos de origen animal. Podemos hablar de dos tipos básicos de dietas vegetarianas: la que no incluye ningún alimento de origen animal (dieta estrictamente vegetariana o vegana) y las que introducen algunos derivados como la leche y los huevos (dieta ovo-lacto vegetariana).

Seguir una dieta vegetariana o vegana puede resultar beneficioso para tu salud ya que los vegetales son ricos en vitaminas y favorecen el tránsito intestinal. Además, debido a su bajo contenido en grasas saturadas y colesterol, este tipo de alimentación puede colaborar en la prevención de alguna de las complicaciones que conlleva la diabetes.

Pero hay que tener en cuenta que, si la dieta vegetariana no se realiza correctamente, puede perder su efecto beneficioso, ya que también podría tornarse rica en grasas saturadas y colesterol (margarinas, patatas fritas, aceite de palma y coco), y alta en calorías (zumos, frutos secos, aceite…).

Otra preocupación en los vegetarianos estrictos es la carencia de proteínas de alto valor biológico, que se relaciona más con la escasa variedad de una dieta vegetariana mal hecha que con el hecho de no tomar carne. Por otra parte, también es común la deficiencia de zinc, vitamina B12, yodo, calcio y hierro, en ocasiones porque están presentes fundamentalmente en la carne, como pasa con la vitamina B12, y en otras, porque los vegetales bloquean su absorción, como sucede con el hierro.
Cómo evitar que tu dieta vegetariana sea carencial

El principal consejo para evitar que una dieta vegetariana sea carencial es la variedad.
Las proteínas vegetales van más allá de la soja. También contienen proteínas de alto valor biológico las legumbres, el arroz, los frutos secos, la pasta, los cereales, las alcachofas, los berros… El seitán es un alimento preparado a base de gluten de trigo con sabor y textura similar a la de la carne de vaca, aunque algunos vegetarianos consideran que se trata de un alimento excesivamente procesado. Las barritas para deportistas son otra opción, pero hay que tener en cuenta que a menudo sus proteínas son de origen animal. Asimismo, las algas aportan yodo y vitamina B12.

A priori, la dieta ovo-lacto vegetariana es más segura a largo plazo que la vegana. Es conveniente elegir huevos y leche de animales criados en entornos respetuosos para potenciar su valor nutricional.
Si has elegido ser vegetariano estricto o vegano, es recomendable que tu equipo médico habitual valore tu situación y la evolución de tu diabetes; en algunos casos será necesaria suplementación con vitaminas (especialmente, en momentos como el embarazo u otros).

Consideraciones de la dieta vegetariana en personas con diabetes

Una persona con diabetes debe tomar hidratos de carbono en pequeñas cantidades en todas las comidas, y es recomendable que haga seis pequeñas comidas distribuidas a lo largo del día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y re-cena).

Los hidratos de carbono se encuentran en los alimentos de origen vegetal (harinas y frutas) y en la leche. Los alimentos excluidos de la dieta vegetariana contienen fundamentalmente proteínas y grasa, por lo que a la hora de elegir la ración de hidratos de carbono de cada comida, ser vegetariano no supone una gran diferencia para la persona con diabetes.
El principal error es malentender una dieta vegetariana como un plan de alimentación  “solo de ensaladas”. Las ensaladas son pobres en hidratos de carbono y si ese es tu único plato, corres el riesgo de presentar una bajada de azúcar, además de tratarse de una dieta carencial.

Otro error a evitar es la ingesta desmesurada de fruta con la idea de que es un alimento sano. La fruta es sana, pero también es rica en azúcares, por lo que para una persona con diabetes se recomienda restringir la fruta a tres piezas medianas a lo largo del día.

También se desaconseja en la persona con diabetes la ingesta de grandes cantidades de zumo, dado que contiene azúcares de absorción rápida. Resulta más beneficioso tomarse la fruta completa puesto que aporta fibra. La fibra ralentiza la absorción de los azúcares, y contiene mayor cantidad de nutrientes que el zumo.
Es recomendable que la persona con diabetes consulte siempre con un especialista antes de introducir una modificación significativa en su dieta.

Fuente: Bayer Diabetes Care

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