- Mujeres dedicadas al cuidado de otros viven condiciones de vulnerabilidad
- Vacunas, una herramienta poderosa de prevención
Las mujeres que se dedican al cuidado de otras personas están más expuestas a riesgos de salud, sobre todo las que tienen varios roles, en el hogar y fuera de éste. De acuerdo con cifras de organismos oficiales, las mujeres dedican 261 horas a la semana al cuidado de otros y en general destinan entre 2 y 10 veces más tiempo diario que los hombres al cuidado de hijos e hijas, personas mayores y/o con alguna enfermedad.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la directora médica de Sanofi Pasteur México, la doctora Patricia Cervantes, destacó la importancia del acceso universal de las mujeres a la salud preventiva, específicamente a la vacunación, en aras de proteger su integridad y su calidad de vida, independientemente del rol que desempeñen:
Las mujeres cuidadoras viven condiciones de vulnerabilidad por su exposición a diversos entornos que las pueden llevar a adquirir enfermedades prevenibles por vacunación y a su vez tienen el potencial de trasmitirlas, por ejemplo tos ferina, influenza o las infecciones por meningococo. De ahí la importancia de que estas mujeres estén vacunadas.
La doctora Cervantes resaltó que, para Sanofi Pasteur, es importante impulsar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, por lo que garantizar el acceso a la salud de las mujeres que destinan parte de su tiempo al cuidado de otros, contribuye a reconocer el valor social que tiene el trabajo realizado en los hogares.
Por otra parte, las mujeres embarazadas tienen el derecho de que se haga todo lo posible para mantenerlas saludables, tanto aellas como a sus bebés. Eso incluye garantizarles estar libres de enfermedades infecto-contagiosas como por ejemplo rubéola o influenza, que en esa etapa podrían tener un impacto de largo plazo en la salud de sus hijos e hijas.
La vacunación como método preventivo también es fundamental para las mujeres que se desarrollan un trabajo en empresas por ejemplo porque además de la exposición a enfermedades que tienen en el hogar, el riesgo se incrementa en sus empleos, lo que repercute directamente en su productividad y economía.
Las mujeres que por sus actividades, viajan entre regiones, países o incluso continentes, entran en contacto con diversos entornos. La vacunación les permite cambiar de ambiente con mayor seguridad. Es necesario vacunarse con suficiente antelación, ya que el tiempo de creación de anticuerpos protectores es variable.
Con ello podrían prevenir alguna enfermedad considerada “de viajeros”, como cólera, difteria, encefalitis japonesa, enfermedades por meningococo, rabia, tétanos, fiebre tifoidea y fiebre amarilla.
Para todas las mujeres en general, quienes se desempeñan en diversas actividades dentro y fuera de los hogares, el acceso a la prevención en materia de salud y específicamente a la vacunación, es útil, fundamental e imprescindible.
Una mujer protegida también protege a su familia, afirmó Cervantes, ya que al vacunarse, no sólo cuida de sí misma, sino que establece un ejemplo y ejerce un beneficio solidario, favoreciendo a sus seres cercanos.
Una mujer, pieza clave en la difusión de la inoculación en el siglo XVIII
Lady Marey Wortley Montagu (1689-1762), fue una aristócrata inglesa, célebre por haber contribuido a la difusión, en la Inglaterra del siglo XVIII, de una práctica de inoculación contra la viruela utilizada en Turquía.
Al llegar a Estambul, acompañando a su esposo, observó el éxito de este método, que consistía en dar tres pinchazos con una aguja y depositar en lapiel pinchada la linfa obtenida de las costras de los enfermos. Posteriormente hizo inocular a su propio hijo siguiendo este proceso.
La participación de esta mujer en la difusión del método de inoculación usado en Oriente para protegerse de la viruela, aun encontrando gran resistencia de la comunidad científica inglesa, fue una contribución para la medicina occidental. En el Día Internacional de la Mujer, es importante recordar a esta pionera en el campo inmunización.
