Día Mundial del sueño: dormir bien para controlar mi diabetes

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Información: Dr. Reyes Haro Valencia

Texto: LN ED Ana Laura Segundo Romero

Se calcula que el 35-50% de los pacientes con diabetes tipo 2 sufren trastornos del sueño.

Beneficios de dormir bien:

  1. Sistema inmunológico: cuando duermes bien, además de descansar, tus células se restauran y se fortalece tu sistema inmunológico. Recuerda que las personas que viven con diabetes y han mantenido niveles de glucosa muy altos durante mucho tiempo (hiperglucemia crónica) tienen más riesgo de tener infecciones, dormir bien ayuda a que tu cuerpo se proteja contra infecciones(por ejemplo respiratorias)

 

  1. Control de peso: Al dormir bien controlarás mejor tu peso corporal. Cuando duermes poco disminuye la secreción de leptina. Esta hormona, también llamada la hormona de la saciedad, favorece que las personas que duerman poco tengan menor saciedad, lo que hace que consumas mayor cantidad de alimentos (se incrementa el apetito) y aumenta el riesgo de tener sobrepeso y obesidad.

 

  1. Disminuye el riesgo de diabetes. La falta de sueño aumenta el riesgo de diabetes. Al dormir poco se elevan los niveles de cortisol y de hormona del crecimiento, y de hecho, ambas hormonas antagonizan los efectos de la insulina. Además, las personas que duermen poco tienen niveles más elevados de sustancias que aumentan la resistencia a la insulina. Recordemos que la resistencia a la insulina es la imposibilidad de nuestras células de utilizar nuestra insulina, lo que aumenta nuestra glucosa en sangre y este efecto a largo plazo nos predispone a tener diabetes.

 

  1. Cuerpo oxigenado y descansado. Al dormir bien nuestro cuerpo se oxigena y repara, si duermes correctamente te sentirás mejor, relajado y rendirás mejor en tus actividades diarias.

 

  1. Niños crecerán mejor: Dormir bien es muy importante para el crecimiento de los niños, ya que durante el sueño profundo se produce la hormona del crecimiento.

 

  1. Mejor memoria y atención: Cuando dormimos bien nuestro cerebro se oxigena y nuestras células se reparan, por el contrario cuando dormimos poco se produce muerte celular lo que hace que nuestra memoria y atención sean afectadas.

 

Apostillas

Para una persona que vive con diabetes es necesario dormir de 7 a 8 horas todos los días.

La probabilidad de tener diabetes es dos veces mayor en aquellas personas que habitualmente duermen menos de 6 horas.

Vivir con diabetes predispone a tener trastornos del sueño, pero a su vez, dormir poco también predispone a tener diabetes.

 [subtitle]¿Cómo puedo mejorar mis hábitos de sueño?[/subtitle]

  1. Existe una serie de actividades que en conjunto se llama: Higiene del sueño
  2. Establecer un horario fijo para dormirte aunque no tengas sueño.
  3. Crear una rutina para antes de dormir, por ejemplo ir al baño, lavarte los dientes, etc.
  4. Usar la cama solo para dormir, evitar ver la televisión, leer o escuchar música.
  5. Hacer ejercicio y cenar 1 hora antes de dormir.
  6. Tener un dormitorio oscuro, tranquilo, a temperatura adecuada y agradable.
  7. Disminuir consumo de estimulantes (como cafeína)
  8. Evitar fumar
  9. Evitar hacer siestas cercanas a la hora de dormir.
  10. Evitar beber líquidos 2 hora antes de dormir, con ello evitarás levantarte varias veces
  11. El sueño no se recupera, dormir bien es una necesidad diaria. Requerimos por lo menos 7 horas todos los días.
  12. Duérmete temprano, los mejores horarios son horas en las cuales existe oscuridad. Tu sueño tendrá mejor calidad si es de 11pm a 6am comparado con de 1am a 8am.

 ¿Cómo sé que mi sueño fue reparador y suficiente?

Soñar es un indicador de un sueño profundo y reparador, durante un periodo de sueño correcto soñamos por lo menos 5 veces. Si recuerdas por lo menos 1 quiere decir que tu sueño fue correcto y reparador.

¿Roncas? Ningún ronquido es normal.

El ronquido es un factor de riesgo importante para tener enfermedades cardiacas.

Cuando roncamos nuestro cerebro no recibe suficiente oxígeno, lo cual produce aumento de la presión arterial, disminución de la memoria, de la concentración y del deseo sexual, y aumenta la irritabilidad, produce cambios emocionales y estrés.

Los síntomas se suceden en forma progresiva: lo primero es el ronquido, después de algún tiempo aparecen las apneas, luego la somnolencia durante el día. Más tarde llegan las alteraciones cerebrales, posteriormente la hipertensión arterial, y en último término las alteraciones cardíacas.

La calidad de vida disminuye en la mayoría de las personas que duermen mal.

Las vibraciones que producen los ronquidos en el sitio estrecho, pueden colapsar totalmente la vía aérea, haciendo desaparecer dicho ronquido y produciendo la detención de la respiración, a lo que llamamos “Apnea del Sueño”. Tras unos instantes, el cerebro reacciona a la falta de oxígeno y ordena a los músculos respiratorios que hagan más fuerza para que entre aire.

Actualmente, existen pruebas diagnósticas muy específicas que ayudan a determinar cuáles son las reales causas que provocan el ronquido. Además los tratamientos se han actualizado para cada caso en particular, mejorando ampliamente los resultados obtenidos.

Como en cualquier problema de salud, siempre lo mejor es una consulta a un especialista.

A dónde acudir:

Clínica Especializada en Trastornos del Sueño (CETS). Tel. (55) 41-73-21-60.

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