Alimentación en insuficiencia renal crónica

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Al hablar de insuficiencia renal y alimentación es posible conocer a fondo la enfermedad y, por consiguiente, la calidad, el tipo y la cantidad de alimentos que el paciente puede comer y cuáles no.

Si bien es cierto que estas personas deben tener ciertos cuidados y manejo de técnicas específicas para complementar su tratamiento, en especial aquellos que ya están siendo tratados con diálisis y hemodiálisis, también es importante que sepan identificar y se les capacite respecto a sus alimentos, pues una adecuada alimentación en conjunto con los tratamientos ya mencionados mejora la calidad de vida de los pacientes.
Para hablar de nutrición en insuficiencia renal crónica tenemos que mencionar a los electrolitos, que son sustancias químicas con funciones muy específicas dentro del organismo:

Potasio: Permite la entrada de energía dentro de las células y participa en la regulación de los líquidos del cuerpo; las restricciones se aplican si los valores en sangre están por arriba de lo normal. En el paciente con diabetes deben elegirse alimentos bajos en potasio pero sin riesgo de que haya hipoglucemia.
Sodio: Regula el equilibrio de los líquidos al igual que el potasio, por lo que su consumo se restringe en esta enfermedad y en la hipertensión arterial; las dietas limitadas en sodio no suelen ser muy apetitosas ni agradables al paladar, por lo que esta situación puede influir en un consumo inadecuado de los alimentos.
Fósforo: Participa junto con el calcio en el correcto funcionamiento de los huesos; el consumo de fósforo reducirá a la vez el consumo de calcio, pues la mayoría de los alimentos ricos en fósforo lo son también en calcio, sin embargo, esto no siempre puede aplicar pues las carnes, lácteos y embutidos son ricos en ambos electrolitos, pero son los alimentos que más se limitan.
Calcio: En conjunto con la vitamina D se absorbe en el hueso para mantenerlo en estado de salud óptimo, compartiendo dicho equilibrio con el fósforo; las dietas en calcio suelen restringirse cuando éste sobrepasa los valores normales en sangre. Los lácteos y carnes son la principal fuente de calcio, pero se restringen por contener también mucho fósforo[1] .

Ya explicado esto, ahora el paciente tiene un panorama más amplio del porque sus alimentos y/o dietas suelen ser repetitivas, incoloras, sin sabor, secas, aburridas e inapetentes. Por tal motivo agregaremos una lista por grupos de alimentos de cuáles son los que de preferencia pueda consumir que sean bajos en sodio, potasio y fósforo:

Cereales: Amaranto, arroz cocido, avena cocida, bolillo sin migajón, sopas cocidas, camote, papa, elote, galletas de animalito, galletas marías, tortilla de maíz, pinole.
Verduras y Frutas: Betabel, ejotes, chícharos, flor de calabaza, jícama, pepino, espárragos, pera, manzana, zapote, cereza, naranja, mandarina, toronja, limón.
Leguminosas: Frijol, soya, lentejas (máximo 2 veces por semana).
Carnes: Pechuga de pollo y filete de pescado cocidos/asados, vísceras de res y pollo cocidas.
Lácteos: Leche entera, leche de soya, yogurt natural (máximo 1-2 veces por semana).
Aceites y Grasas: Aceite de maíz, soya, canola, girasol, mayonesa, queso crema, margarina, almendra, cacahuate tostados, nuez, pistache.
Condimentos: Ajo y canela en polvo, jengibre, manzanilla, menta, mostaza, romero, albahaca, pimienta, vinagre, vainilla.
Líquidos: Agua mineral, café sin azúcar, gelatina light (dependerá su consumo si el paciente retiene líquidos)[2] .

Estas recomendaciones son muy generales y cada paciente tiene necesidades alimentarias específicas, por lo cual su nutriólogo y médico nefrólogo le indicarán cuales alimentos son su mejor opción en base a la etapa de su enfermedad, si ya está siendo tratado con diálisis, hemodiálisis y considerando consecuencias propias de la enfermedad.

Luis Gilberto Díaz Hernández
Especialidad: Diabetes, Nutrición Clínica, Nutrición Renal
E-mail: lic_n_diazg@hotmail.com
Teléfono Celular: 044-352-108-87-96

[1] Width, M. & Reinhard, T. (2010) Guía Básica de Bolsillo para el Profesional de la Nutrición Clínica. Editorial: Wolters Kluwer/Lippincott, Williams & Wilkins. 1ª Edición, España.
[2] Pérez, A. & Palacios, B. (2009) Sistema Mexicano de Equivalentes Para Pacientes Renales. Editorial: Fomento de Nutrición y Salud, México.
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