
Cuando acudimos a consulta al momento del diagnóstico de diabetes (ya sea tipo 1 o tipo 2) el médico nos indica que debemos monitorearnos la glucosa determinadas veces al día y nos establece metas de control personalizadas, pero más allá de esos objetivos, ¿para qué nos sirve el automonitoreo de glucosa?
Primero hablaremos un poco más de qué se trata el automonitoreo para poder utilizarlo de una manera eficaz ante diferentes situaciones, tales como la hipoglucemia e hiperglucemia, que se pueden presentar en nuestro día a día y resolverlas de manera adecuada y oportuna.
¿Qué es el automonitoreo de glucosa?
El automonitoreo es un método que podemos realizar por medio de un monitor de glucosa para determinar nuestras cifras de glucosa en sangre en diferentes momentos del día y ante diferentes circunstancias. El resultado que obtenemos nos refleja los niveles de glucosa del momento en que éstas se determinan, al realizar mayor cantidad de mediciones podemos conocer la variación a lo largo del día, es decir, cómo se va comportando en ayunas, antes de ingerir nuestros alimentos, después de consumirlos, antes de acostarnos a dormir e incluso en el ejercicio.
Ahora, ¿de qué depende el momento y la frecuencia en que nos tenemos que monitorear? Principalmente del tipo de tratamiento que estemos llevando, si estamos dentro de las metas de control, nuestra edad y necesidades específicas.
Es importante que recordemos que además de realizar este proceso y anotar los resultados en un registro de glucosa, estos datos requieren una revisión e interpretación adecuados por parte de nosotros como pacientes y del personal de la salud con quien acudamos a consulta para un uso óptimo y garantizar que los datos se utilicen de manera eficaz y oportuna. Saber utilizar esos datos nos permitirá realizar los ajustes necesarios en conjunto a nuestro profesional de la salud para lograr las metas de glucosa establecidas.
¿Para qué me sirve realizarlo?
Como mencionamos anteriormente, nos permite conocer el impacto de diferentes factores en los niveles de glucosa tales como:
- El efecto de la cantidad y el tipo de alimento que hemos consumido, sobre todo de los hidratos de carbono que tienen un impacto directo sobre los niveles de glucosa, y grasas que pueden retrasar la elevación y ser más notorio en un periodo más largo de tiempo
- Analizar y valorar el impacto del ejercicio, es decir, medir la glucosa antes, durante y al finalizar la sesión. Recuerda que de estar debajo de 100 mg/dL es necesario que realicemos una colación con hidratos de carbono para tener la energía suficiente y evitar caer el hipoglucemia. Si la glucosa se encuentra por arriba de 250 mg/dL es mejor no realizar el ejercicio para evitar una hiperglucemia
- Determinar el patrón de comportamiento de la glucosa a lo largo del día para que el médico pueda tomar decisiones respecto al tratamiento farmacológico y el(la) nutriólogo(a) en el plan de alimentación ajustando las porciones de hidratos de carbono para un mejor control
- También podemos prevenir, detectar y tratar hipoglucemias que son valores de glucosa iguales o menores de 70 mg/dL, recuerda que estas pueden o no presentar síntomas como taquicardia, sudoración fría y temblores; e hiperglucemias que en ayunas es considerado por arriba de 130 mg/dL y 2 horas después de los alimentos por encima de 180 mg/dL
¿Alguna vez has visto una alerta en tu medidor de glucosa con las letras “Hi” o “Lo”?
Estos mensajes aparecen cuando los resultados están fuera de la escala del medidor, es decir aparecerán “Hi” cuando los niveles de glucosa son demasiado altos, es decir mayor a 600mg/dl y “Lo” cuando son muy bajos, es decir menor a 20 mg/dl. Cuando esto sucede la recomendación es repetir la medición con una tira nueva y si el resultado es el mismo (“Lo” o “Hi”) comunicarte de inmediato con el médico.
