Pierde el temor a la insulina

Home / ABC de la Diabetes / Pierde el temor a la insulina

Especialistas ofrecen su perspectiva acerca del medicamento utilizado para controlar la diabetes. La insulina es uno de los fármacos más empleados para el tratamiento de la diabetes, aunque aún existe desconocimiento acerca de su uso.

¿Quiénes pueden utilizar insulina?
Las personas que viven con diabetes tipo 1 y diabetes gestacional (caracterizada por afectar a población infantil y mujeres embarazadas), la diabetes tipo 2, (que afecta a adultos, aunque actualmente se ha visto presente en menores de edad).

Es el médico quien determinará qué tipo de medicamento es el adecuado. “La insulina es una hormona que todo ser humano produce, solo que en la diabetes ocurre de manera inadecuada y por eso necesita uso externo”, explica el médico Ammar Ibrahim, director del Instituto Nacional de Diabetes, Endocrinología y Nutrición de República Dominicana.

De acuerdo con Ibrahim, la insulina es el mejor descubrimiento, pues ayuda al paciente a mejorar su calidad de vida y evitar complicaciones futuras. La clave es respetar la dosis asignada por el médico, adaptarla a su estilo de vida y realizar controles diarios. Ibrahim añade que muchos pacientes asocian recibir insulina con el agravamiento en su enfermedad, pero esto no tiene fundamento para el especialista.

¿Cuál es la mejor?
Las insulinas humanas son las más conocidas y utilizadas para el tratamiento de la diabetes. Aunque el camino de estos medicamentos también ha avanzado y en los últimos años se han desarrollado los análogos de insulina, que son moléculas modificadas por bioingeniería genética. “Se absorben más rápido, su acción es más constante y su aplicación es también más cómoda”, afirma la doctora Fabiola Prado. Elegir el tipo de insulina adecuada dependerá de factores como número de dosis que se necesiten al día, la edad del paciente o la posibilidad de adquisición del producto.


Prevención

La diabetes es una de las enfermedades más fáciles de diagnosticar, por lo que es importante realizar la prueba de glucosa por lo menos una vez al año. Si usted es propenso genéticamente a esta enfermedad, tiene sobrepeso o lleva una vida sedentaria, deberá realizarla cada seis meses. Entre más temprano se diagnostique, menos riesgos de complicaciones futuras.

Deseche mitos 
“Después de algunos años con diabetes tipo 2, los pacientes van a necesitar insulina, pues el páncreas pierde sus funciones de una manera progresiva”, señala el médico Carlos Alvayero. La noticia no es bien recibida por la mayoría, pues el uso del medicamento aún provoca algunos miedos:

  • Dolor: el pinchazo es uno de los momentos más temidos por los pacientes. En la actualidad, las jeringas tienen agujas más ligeras y también existen dispositivos como las plumas, que hacen que el procedimiento sea más fácil y la dosis, más precisa.
  • Engorda: cuando la cantidad de azúcar en la sangre es muy alta sale por la orina, lo que ocasiona pérdida de peso. Con la insulina, lo que sucede es que ya se aprovechan los nutrientes y se recupera el peso perdido.
  • Ceguera: al comenzar con el tratamiento y corregirse la glucosa se altera la visión, y esta se vuelve borrosa por 3 o 4 semanas, pero luego vuelve a la normalidad. No existe ningún estudio que haya probado que pueda provocar ceguera.
  • Hipoglucemia: es el efecto secundario más importante, siempre que no se utilizan las dosis adecuadas. Las bajas de azúcar muy drásticas si pueden ser peligrosas y dañar progresivamente las capacidades mentales.

Fuente: SIGLO21.com.gt

Artículos Relacionados
FMD NEWSLETTER
Suscríbete a nuestro Newsletter y mantente informado sobre las novedades de la FMD
TU EMAIL*
    
TU NOMBRE COMPLETO*