México vive una emergencia sanitaria por el número de habitantes que tienen sobrepeso y obesidad, en donde la diabetes se ha convertido en la principal causa de muerte entre los mexicanos, afirma Mikel Arriola, responsable de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario alerta que se encara una emergencia por la prevalencia de la diabetes, cuyos detonantes son el sobrepeso y la obesidad, “los cuales no han dejado de crecer desde finales de los 90 hasta la fecha”.
Afirma que los gastos asociados a estos dos factores, que generan diabetes y problemas cardiovasculares, representan casi la mitad del presupuesto total de salud.
A manera de ejemplo, el funcionario destaca que mientras un paciente con diabetes controlado con insulina le cuesta al sector salud 150 pesos, un paciente con diálisis, que se encuentra en etapa avanzada de su enfermedad, le cuesta 150 mil pesos.
El sobrepeso y la obesidad se han ubicado como el principal detonante de la diabetes, en gran medida generados por los cambios en la alimentación, por la migración de la gente del campo a la ciudad y por la transición de productos elaborados en casa a productos procesados, considera.
Las cifras son frías, ya que siete de cada 10 mexicanos tienen sobrepeso y obesidad. Y en el caso de los niños, asciende a uno de cada tres. En total se estima que hay 6.4 millones de personas con diabetes.
Para atenderlos, en conjunto se gastan alrededor de 42 mil millones de pesos para atender el sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
Frente a este panorama, Mikel Arriola asegura que por ello se lanzó en 2013 la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes, cuya meta es estancar o frenar el incremento de casos a mediano plazo entre la población, con el objetivo de que comiencen a decrecer los casos.
Señala que dicha estrategia tiene tres pilares: el de prevención, el de salud pública y el de materia regulatoria y fiscal, en donde se comienzan a tener cambios significativos.
En materia de regulación, se tiene un impuesto especial para alimentos y bebidas de alto contenido calórico, así como un nuevo etiquetado frontal para productos y bebidas.
Arriola consideró que del arsenal de medicamentos que actualmente se encuentran en el mercado nacional, 70% son para atender las enfermedades generadas por los problemas crónicos.
Reconoce que los recursos nunca serán suficientes, pero que se trabaja para que los cuadros de medicamentos de las instituciones de salud pública se incluya los fármacos más innovadores para la atención de las enfermedades crónico-degenerativas.
El responsable de la Cofepris afirma que con la entrada de los medicamentos genéricos los costos de las medicinas han bajado en más de 60%, y en el caso de la diabetes hasta 90%.
Para el comisionado federal, estas enfermedades crónicas lo que ponen de manifiesto es la necesidad de incrementar el acceso a los insumos para la salud, “tomando en cuenta que las enfermedades crónico-degenerativas incrementan los costos del sistema en su conjunto. Se tiene que hacer un frente común para bajar ese costo de atención”, considera.
¿Vivimos una emergencia sanitaria por la diabetes, generada por dos factores como la obesidad y el sobrepeso?
—La gran diferencia de antes y después, encarando una emergencia sanitaria, es que ahora existe una estrategia nacional.
¿Hay una emergencia sanitaria?
—Se está encarando de manera integral, por el lado de la prevención, de la atención médica de las capacidades que tiene el sistema de salud para atender las necesidades médicas que tienen las personas y se agotaron todos los instrumentos regulatorios y fiscales para que la gente tenga información completa de los productos, de proteger a población vulnerable y de mandar mensajes de precios a través de la política fiscal, lo cual hará que el consumo de ciertos productos vaya en decremento. El objetivo es parar el crecimiento.
¿Se logrará detener el crecimiento de la obesidad y sobrepeso causante de las enfermedades crónicas en este sexenio?
—Déjame citar lo dicho por el subsecretario de Prevención, Pablo Kuri, pues son acciones que van a tener repercusiones en el mediano y largo plazo. Tenemos un Observatorio nacional, otro elemento adicional a la estrategia, que se encargará de hacer las mediciones de esta política que no están escritas en piedra, sino que tienen que ser actualizadas y precisadas, pero que es la primera vez que tenemos un indicador objetivo donde se vaya a correlacionar la implementación de una política pública con un resultado palpable en términos del volumen de decremento del sobrepeso y obesidad. México es de los países que más avanzado se encuentra entre las naciones de la OCDE en tener una reforma integral para atacar y acotar este tipo de problemas, y para generar evidencia hacia otros países, incluso en términos de política pública.
¿Preocupa que de 10 mexicanos, siete tengan sobrepeso? ¿Cómo impacta esto en los servicios de salud? ¿Cuánto gastan en la atención de una persona con diabetes en su fase inicial y avanzada?
—Preocupa y ocupa. La evidencia se sustenta en el esfuerzo que se hace en la Cofepris por bajar los costos de los insumos para atender a la gente. Un paciente controlado con insulina en el sector salud puede ser controlado con un presupuesto de 150 pesos al año debidamente identificado y controlado. Para un paciente con diálisis hablamos de que el precio sería aproximadamente de 150 mil pesos al año.
Ésa es la gran importancia de que la reforma integral contra el sobrepeso, obesidad y diabetes tenga entre sus componentes uno de identificación temprana, un componente de referencia del primer nivel de atención para que la gente pueda manejar bien su condición y tener calidad de vida y sobre todo que no sea una carga tan gravosa para el sistema de salud.
Un paciente controlado con la política de genéricos resulta más económico; incluso en términos relativos, hay países en los que el acceso a medicamentos es más caro. Ese es el gran reto que tenemos, por un lado ampliar la capacidad de compra de insumos, hacer más con el dinero que tenemos, aprovechar el poder de compras que tiene el Estado; y por el otro lado, identificar y controlar a los pacientes en fases iniciales y bajar la prevalencia.
¿El gran problema en México es que es muy bajo el número de pacientes controlados con diabetes?
—En los últimos años se duplicó el número de pacientes controlados, lo que es una buena noticia, aunque el margen todavía es bajo, pero las políticas recientes han acelerado la capacidad de identificar a los pacientes, lo que redunda en que los costos puedan ir bajando. Lo más importante es que ése es el reto que tienen todos los países desarrollados en el mundo. Estamos hablando de que las prevalencias del sobrepeso y obesidad de México son parecidas a las de Estados Unidos o Brasil, y que ya se genera incluso un esquema de cooperación internacional de políticas exitosas.
¿Los medicamentos para atender las enfermedades crónicas siguen estando caros?
—El 71% de los tratamientos para atender las principales causas de muerte de la población mexicana, hoy esos insumos son 61% más baratos que hace cuatro años. Y si nos enfocamos en los tres tratamientos más recurridos por mortalidad, que son para cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares, los precios han bajado en 90%, tanto en publicó como en privado, y se han podido ahorrar 21 mil millones de pesos con esta estrategia.
¿Algunos sectores señalan que pese a estos avances, los genéricos todavía siguen caros?
—Me permito diferir y pongo algunos ejemplos. Un medicamento para la diabetes que en 2010 costaba 700 pesos, hoy cuesta 80 pesos; un medicamento para cáncer que costaba alrededor de dos mil pesos, hoy cuesta 700 pesos, un medicamento para el colesterol que costaba mil 250 pesos, hoy cuesta 200.
Del total de medicamentos, ¿cuántos son para diabetes o problemas crónicos?
—Hay una clara correlación entre el portafolios de medicamentos mexicanos y las causas de mortalidad de la población mexicana; el 70% de nuestros productos aprobados en México tiene que ver con diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. En 2014, México aprobó la norma 257 para los nuevos biotecnológicos, pero también para la convivencia de los biocomparables de calidad.
¿La diabetes y los problemas crónicos pueden colapsar al Sistema de Salud?
—Si no se toman medidas claras, desde luego. Pero México está en el grupo de países con políticas activas para que eso no suceda. Los rangos de ahorro en las compras consolidadas; los rangos de ahorro en genéricos; la entrada acelerada de medicamentos innovadores y el incremento de la inversión física del sistema de salud, me parece que han sido las grandes acciones para prevenir eso y cursar de una transición de lo curativo a lo preventivo, con buenos hábitos, que es la única estrategia viable frente a estos problemas.
Fuente: El Universal