La insulina es una sustancia que se produce en nuestro cuerpo para ayudarnos a aprovechar la energía proveniente de los alimentos y así ayudarnos a realizar todas nuestras actividades cotidianas como caminar, correr, limpiar la casa, hacer ejercicio, leer, ir a trabajar, cocinar, entre muchas otras, interviene en cada uno de nuestros movimientos, con lo cual es la gasolina de nuestro cuerpo.
En la diabetes tipo 1 el cuerpo no produce insulina, en la diabetes tipo 2 no elabora la suficiente o tiene dificultad para utilizar esta insulina en el cuerpo. Por lo cual puedes llegar a necesitar aplicarte insulina externamente con una jeringa.
La insulina que se utiliza en las inyecciones es elaborada insertando el gen humano para la insulina en bacterias lo cual hace que las bacterias produzcan insulina humana, después es extraída y purificada.
Hay varios tipos de insulina y se agrupan de acuerdo a la forma en que actúan en el cuerpo, es decir, a la duración o tiempo de efecto en nuestra sangre para poder disminuir la glucosa o azúcar en nuestro cuerpo, con lo cual tenemos insulinas de acción rápida, intermedia y prolongada.
Estas mismas insulinas tienen un tiempo de inicio de acción en el cuerpo, un pico máximo cuando alcanzan su mayor efecto hipoglucemiante y un tiempo de duración que puede ir desde 5 minutos hasta 24 horas.