Retinopatía diabética y la pérdida de visión

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Los ojos pueden ser las ventanas al alma, pero para las personas con diabetes, mirar profundo dentro de la retina puede también revelar una enfermedad del ojo relacionada a la diabetes.

La “pérdida de la visión es una de las complicaciones más comunes de la diabetes”, afirma Raj Maturi, MD, profesor adjunto de oftalmología clínica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana y socio en el Instituto de Ojos de Midwest en Indianapolis. Dos de los culpables más probables en la pérdida de la visión estimulados por la glucosa elevada son los edemas maculares diabéticos y la retinopatía diabética proliferativa. Ambos se encuentran bajo el alcance de la retinopatía diabética, que abarca todos los cambios de la retina por la diabetes.

Las buenas noticias: Los avances en el examen están captando los problemas antes de que ocurran graves cambios retinales. Este es un paso importante ya que el daño ocular puede, en un principio, no presentar síntomas. Y si ya tiene la enfermedad ocular asociada a la diabetes, los nuevos tratamientos para los ojos pueden salvar su vista.

El ojo

El ojo es muy parecido a una cámara. “Está alineado por tejido que es sensible a la luz, igual que la parte posterior sensible de una cámara”, sostiene Neil Bressler, MD, profesor de oftalmología y jefe de División de Retina en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. La luz atraviesa los lentes frontales transparentes, como pasando a través de los lentes de una cámara, hasta que regresa a la pared posterior del ojo.  Esta pared contiene una pieza muy fina de tejido sensible a la luz: la retina.

“Al igual que como puede dañar los vasos sanguíneos que nutren sus dedos, riñones o corazón, los diminutos vasos sanguíneos que nutren la retina pueden ser dañados por la diabetes”, afirma.

Desde allí, una de dos cosas puede suceder. El daño puede causar que los vasos sanguíneos se vuelvan permeables, muy parecidos a una manguera de agua con agujeros. El líquido se filtra de los vasos sanguíneos y hacia el tejido retinal. “Este se hincha o inflama como una esponja seca repleta de agua”, afirma Bressler. Esto ocasiona que la retina se vuelva más gruesa, lo que crea una visión borrosa. La hinchazón asociada a la diabetes en la mácula o mancha, la parte central del ojo responsable de la visión con la mirada fija al frente, se denomina edema macular diabético.

En el segundo proceso dañino para la visión, los vasos sanguíneos dañados por los elevados niveles de glucosa en la sangre se cierran, y se comienza con una cascada de eventos. El tejido retinal famélico produce factores de crecimiento, lo que causa que nuevos vasos sanguíneos se formen en la superficie de la retina. Este proceso se denomina retinopatía proliferativa.

No obstante, estos vasos sanguíneos son débiles y pueden quebrarse y sangrar con facilidad. Esto conduce al tejido cicatrizal, que puede acumularse en la pared posterior del ojo. El tejido cicatrizal acumulado puede estirar la retina, y eventualmente separarla de la parte posterior del ojo. “El proceso es igual a despegar el empapelado en un pared”, afirma Bressler. Esta condición se conoce como desprendimiento retinal.

Ambos problemas pueden empezar sin pérdida de visión, afirma. Puede tener una visión 20/20 y aún así tener edema macular o retinopatía diabética proliferativa, que es la razón por la cual los exámenes de ojo dilatados periódicos, al menos anualmente en la gran mayoría de personas con diabetes, es tan importante.

El examen

Si lo desalienta la idea de que un extraño se atreva a tener un encuentro personal cara a cara con sus ojos, anímese. El examen en sí mismo es bastante simple. Aquí es lo que puede esperar: Su oftalmólogo primero verificará si existe algún cambio en sus gafas o su receta de lentes de contacto. (Las personas con edema macular, retinopatía diabética y otras enfermedades pueden aún así usar lentes de contacto, afirma Maturi).

Luego, el médico goteará algunas gotitas en sus ojos (puede picar brevemente) para dilatar las pupilas y examinar la retina. De veinte a treinta minutos más tarde, sus ojos estarán totalmente dilatados y, con el uso de lentes y luces especiales, el médico examinará visualmente la retina en gran detalle.

Para detectar la retinopatía, el médico observa todos los tejidos retinales. “A veces, puede observar retinopatía diabética solo en las partes más periféricas del ojo”, afirma Maturi

Para los signos de edema macular, el médico observa directamente la mancha, pero esto puede no ser suficiente para un diagnóstico. Su médico puede llevar a cabo una tomografía de coherencia óptica, un examen con láser de la parte posterior del ojo que mide la retina para detectar el edema macular.  Si bien la retina es una oblea delgada, la prueba puede medir el engrosamiento retinal tan leve como una milésima de milímetro, dice Bressler.

Una angiografía con fluoresceína es otra prueba que puede detectar la retinopatía diabética. Durante la prueba, se inyecta un colorante en el brazo. En el plazo de 45 segundos, el colorante llega a la parte posterior del ojo. Al igual de como la sangre se filtra de los vasos sanguíneos débiles, así lo hace el colorante. “Este se muestra exactamente donde se ubican los tejidos de sangre anormales”, afirma Maturi. Se toman fotografías para documentar los resultados

Si tiene diabetes y consulta a su médico con visión borrosa, puede esperar que se realicen algunas o todas estas pruebas. Además, su médico controlará las cataratas (nublamiento de los lentes en el ojo) y glaucoma (alta presión en el ojo), que son más comunes en personas con diabetes.  El glaucoma puede desarrollarse cuando los vasos sanguíneos anormales crecen en el iris, la parte con color del ojo, debido a la retinopatía proliferativa.

Los tratamientos

Si la retinopatía diabética es moderada y estable, el tratamiento no es inmediatamente necesario. Los exámenes periódicos de ojo dilatado se usan para hacer un seguimiento del avance de la enfermedad, y el control de la glucosa en la sangre puede prevenir que empeore. Los tratamientos para el edema macular y la retinopatía proliferativa son diferentes. Cada uno puede prevenir la pérdida de la visión y potencialmente restaurar la visión perdida. Aquí es lo que puede esperar:

  • Tratamientos para edema macular
  • Tratamientos para retinopatía proliferativa

El futuro

El tratamiento para los problemas de visión asociados a la diabetes está bajo un cambio rápido. La Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (Food and Drug Administration) recientemente aprobó Lucentis y Eylea para el tratamiento de la retinopatía diabética proliferativa en personas que también tienen edema macular diabético y los investigadores están trabajando en un estudio para conocer si los agentes anti-VEGF pueden tener algún beneficio en comparación con los lásers para la retinopatía proliferativa. Los agentes anti-VEFG de larga actuación están también en el horizonte, afirma Maturi. En lugar de solo trabajar durante un mes o dos meses, como hacen los agentes actuales, estos nuevos medicamentos pueden funcionar potencialmente de tres a seis meses a cierta hora. Por último, se estudia y prueba un medicamento nuevo que funciona por un mecanismo nuevo para un uso futuro.

Podría haber demorado 25 años poder mejorar los lásers, pero la esperanza de Bressler se renueva dado a lo rápido que están avanzando los tratamientos de hoy. “Con suerte, siempre habrá innovación”, afirma.

Fuente: Diabetes Forecast

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