El continuo cardio renal

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La nefropatía diabética es la primera causa de Enfermedad Renal Crónica (ERC) alrededor del mundo y representa uno de los problemas de salud pública más importantes y costosos. Las personas con Diabetes Mellitus tienen 12 veces más posibilidades de desarrollar enfermedad renal crónica comparados con personas sin diabetes. Por otro lado, las enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardiaca, se presentan en hasta el 70% de las personas que viven con diabetes. La diabetes es hoy la segunda causa de mortalidad, causando 13 de cada 100 muertes.

Estudios epidemiológicos han permitido conocer que existe una relación estrecha entre el corazón y el riñón. Esta relación va más allá de dos órganos que son afectados por la misma condición.

 

De manera normal el corazón y los riñones trabajan juntos para mantener el equilibrio de la circulación sanguínea, por lo que cambios en la función de uno de los dos puede conducir a la disfunción de ambos, a través de la alteración en el balance de la producción de óxido nítrico (sustancia que sirve para evitar la inflamación); esta activación de sistemas condicionan la producción de hormonas que generan una reducción de los vasos sanguíneos, aumento de la presión sanguínea, cambios en el músculo cardiaco, entre otras alteraciones.

El continuo cardio renal es una propuesta de intervención para tomar oportunamente medidas preventivas que eviten el daño en el corazón y el riñón, e implica actividades a corto plazo para preservar el mayor tiempo posible el funcionamiento óptimo de ambos órganos.

 

Resulta imprescindible reducir los factores de riesgo cardiovasculares (presión arterial alta, tabaquismo, obesidad, entre otros) pues estos son también los principales productores de daño renal o de aceleración de la progresión de la enfermedad renal. La evaluación temprana de la función renal en todo paciente con diabetes permite la detección e intervención oportuna para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares y enfermedad renal; en pocas palabras, una protección cardiorenal.

Dos terceras partes de las personas que viven con diabetes y ERC, tienen ateroesclerosis (formación de placas de colesterol y otros lípidos en las paredes de las arterias), este proceso desencadena la activación de factores de inflamación dañando así las pequeñas arterias que llevan sangre al corazón; lo que genera reducción del flujo sanguíneo. La falta de irrigación sanguínea a las células del corazón y el daño cardiaco provocará incapacidad del corazón para mantener un adecuado flujo sanguíneo hacia el resto del organismo (recordemos que el corazón es la bomba que manda la sangre a todo el cuerpo). Esta incapacidad cardiaca de poder llevar un adecuado flujo sanguíneo aumentará el daño renal generando un círculo vicioso; donde el daño del riñón generará daño cardiaco, y viceversa.

 

La relación entre el daño renal y la muerte por enfermedad cardiovascular es notoria, la mortalidad por causas cardiacas en los pacientes en diálisis es 500 veces más alta a la de la población general. A través de los avances científicos, nos hemos dado cuenta de que intentar ver de manera aislada a los órganos del cuerpo resulta en caminos intransitables, ya que el cuerpo humano es una “maquina” perfecta gracias a la interrelación de todos los órganos que lo conforman, y el estudio de la diabetes nos ha enseñado eso más que cualquier otra condición.

 

Por lo que el foco de atención actualmente es la identificación no sólo de la diabetes, si no de la enfermedad renal y de las posibles interacciones que se estén generando a nivel cardiaco. No es una meta inalcanzable, ya que se conocen bien los factores desencadenantes del daño para prevenir y/o detenerlos.

 

El control de la glucosa es el primer paso en el tratamiento de la diabetes, sin embargo, nosotros y el médico también debemos prestar atención al control de otros factores de riesgo como:

 

Así como hemos detallado el incremento importante del riesgo en morbilidad y mortalidad de una persona con diabetes y enfermedad renal crónica, podríamos extendernos en los beneficios en calidad y expectativa de vida cuando se logra el control de los factores de riesgo. Cuando se evita el daño renal y se protege al corazón, una persona con diabetes tiene la posibilidad de vivir una vida plena y tan larga como aquella que no vive con diabetes.

 

Visita a tu profesional de la salud para conocer más sobre el continuo cardiorenal y el cuidado del corazón y riñones.

Autora: Dra. Diana Romero Zertuche / Médico Adscrito al servicio de Gabinetes de la Unidad Médica de Alta Especialidad. Hospital de Cardiología. Centro Médico Nacional Siglo XXI / Céd Prof: 8536517 / caicardiovascular@gmail.com; tel: 52641980

 

Referencias:

  1. Paoisson R, Patel U. Cardiovascular Complications of Diabetic Kidney Disease. Adv Chronic Kidney Dis. 2014 May;21(3): 273-280.
  2. John B BuseDeborah J WexlerApostolos Tsapas, et. al. 2019 Update To: Management of Hyperglycemia in Type 2 Diabetes, 2018. A Consensus Report by the American Diabetes Association (ADA) and the European Association for the Study of Diabetes (EASD). Diabetes Care actions 2020 Feb;43(2):487-493.
  3. Amair P, Arocha I. El continuo cardiorrenal: una propuesta para la prevención de las enfermedades cardiovasculares y renales. Rev. Colomb Nefrol. 2020;7(1):60-69
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