Está categóricamente establecida la asociación entre obesidad y sobrepeso con diabetes. Sabemos también que la disminución de la actividad física conducen a un estado de resistencia a la insulina y esto, añadido a factores genéticos, genera un estado de estrés metabólico que afecta al páncreas, el que aumenta la secreción de insulina y así mantiene en rango normal la concentración de glucosa plasmática, sin embargo, con el tiempo y si no se trata la obesidad, las células comienzan a fallar y en un principio aumenta la concentración de glucosa post ingesta y, posteriormente, la concentración en ayunas empieza a aumentar, dando lugar a la aparición manifiesta de la diabetes.
La hiperglucemia es decir, el aumento de glucosa en plasma y el inadecuado control metabólico derivado de la resistencia a la insulina pueden causar el descenso en el número de células beta pancreáticas, lo que determina la progresión de la diabetes.
Los adipocitos o células corporales que contienen grasa, al existir un aumento de nutrientes circulantes en la obesidad sufren un aumento de tamaño lo que produce mayor obesidad llevando a un estado inflamatorio que se conecta con la resistencia a la insulina, quedando la respuesta inmune y la regulación metabólica altamente integradas.
Los efectos celulares deletéreos del exceso de nutrientes inadecuadamente manejados por un adipocito que funciona inadecuadamente altera señales inflamatorias, aumenta la producción de especies reactivas de oxígeno y genera un caos celular que se caracteriza por estrés del retículo endoplasmático, disfunción mitocondrial, acumulación de triglicéridos, ácidos grasos y activación de serinatreonina proteína quinasas. Como si no fuera todo ésto lo suficientemente complicado, se han descubierto nuevos fenómenos inflamatorios a nivel celular que dan cuenta de una suerte de círculo vicioso que genera que obesidad lleve a diabetes y ésta a empeorar a aquella y así sucesivamente.
Como ya vimos sucintamente, existe una compleja asociación de procesos metabólicos que llevan a la obesidad y asocian ésta con diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia, conduciendo al denominado síndrome metabólico, responsable de enfermedades cardiovasculares entre los que encontramos infartos miocárdicos, accidentes cerebrovasculares y muerte.
Por todo lo anterior, y aunque resulte muy obvio, se debe insistir en mantener estilos de vida que eviten la obesidad, diabetes y sus complicaciones.
Fuente: DiarioAysen
