Diabetes en la adolescencia ¿Por qué cuesta tanto decir “tengo diabetes”?

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Imagino a una adolescente diciendo en su grupo de clase o de amigos: “Hola, me llamo Laura y tengo diabetes”. Hemos visto en numerosas películas que ese es el primer paso, reconocer y aceptar que tienes un problema, y lo reconoces cuando en público muestras tu realidad. Esta frase tiene sentido cuando buscas una solución a un problema concreto. La diabetes es una situación que afecta a tu salud global, a toda tu vida, a tu alimentación, a tu actividad, a tu rutina diaria…

No hay una solución única para la diabetes, la solución pasa por integrar en tu modo de vida las actividades, actitudes y conocimientos de una condición crónica.

Cuando tienes 15 años y lo más importante es tu grupo de iguales, ese entorno de amigos que está cercano a ti en el pensamiento y en el modo de entender la vida te condiciona e influye en tus decisiones. Aceptar que vas a tener siempre diabetes significa que, desde ese momento, sigues siendo la misma persona pero la diabetes te acompañará.

La diabetes tipo 1 en edades tempranas, una condición crónica y poco conocida, puede llegar a estigmatizar*. Un conjunto de estereotipos, el miedo al rechazo e incluso a la discriminación pueden llevan a ocultar en muchas ocasiones la condición.

Además, en la percepción participan diversos factores externos e internos; la aparición de estrés relacionado con la vivencia de la diabetes depende del tipo de personalidad del paciente, así como de su situación socio-familiar y de la disponibilidad de medios sociales, sanitarios o educacionales.

¿Qué se puede hacer para minimizar esta realidad?

Las familias de los jóvenes con diabetes muestran modos de comportamiento que van desde la sobreprotección hasta la delegación de la responsabilidad de su autocuidado. La aceptación de la condición debe acompañarse de una implicación familiar positiva. La familia es el primer círculo que ha de normalizar vivir con diabetes para ayudar a su hijo/a.

Los equipos de atención sanitaria ofrecemos programas dirigidos a niñas y niños con el objetivo de dar a conocer adolecentesconceptos, desarrollar habilidades y  promover actitudes que hagan más fácil su vida con diabetes, pero  esta atención no está garantizada a toda la población. Asimismo, los profesionales de la salud deberíamos tener en el horizonte de nuestra labor la calidad de vida del paciente, más allá de los valores bioquímicos que a menudo utilizamos para evaluar el grado de integración de nuestro trabajo en la vida de quienes tienen diabetes.

La escuela es concebida como un órgano socializador, donde la discriminación no ha lugar, pero la realidad es que a veces pueden existir obstáculos para los niños y jóvenes con diabetes. Es primordial la participación del profesorado para facilitar los medios que permitan a niños y niñas realizar sus autocuidados. Aunque se realizan intervenciones educativas a profesores en los colegios donde se matriculan niños/as con diabetes, la resolución de hipoglucemias sigue siendo el aspecto más controvertido de colaboración.

Los medios de comunicación suelen hablar de la diabetes de modo general, sin diferenciar la diabetes tipo 1 de la diabetes tipo 2. Esto les lleva a realizar divulgación de tratamientos como si éstos fueran válidos para ambos tipos, cuando en realidad suelen estar referidos a la diabetes tipo 2. Este tipo de informaciones crean frustración y rabia en las personas con diabetes y su familia: “Nunca la noticia es para nosotros”. Sería deseable que existiera diferenciación a la hora de notificar avances para el tratamiento de la diabetes tipo 2 o tipo 1.

La normalización de la diabetes y la no discriminación pasa por la implicación de la escuela y el apoyo constante de la familia y de los equipos de atención sanitaria, facilitando que los jóvenes se sientan seguros y capaces de no tener que ocultar que tienen diabetes.

Fuente: Bayer Diabetes Care

* I’m not a druggie, I’m just a diabetic’: a qualitative study of stigma from the perspective of adults with type 1 diabetes. ( BMJ abierto 2014 23 de julio; 4 (7): e005625. doi: 10.1136 / bmjopen-2014 a 005.625.)

*El estudio DAWN2, el 13.9% de las personas con diabetes o sus familias están en riesgo de una profunda depresión y el 50% manifiestan un elevado nivel de estrés.

* Type D personality, suboptimal health behaviors and emotional distress in adults with diabetes: results from Diabetes MILES-The Netherlands.  Diabetes Res Clin Pract 2015 Apr; 108 (1): 94-105. doi: 10.1016 / j.diabres.2015.01.015. Epub 2015 20 de enero).

Autora: Concepción Candela-Gómez. Enfermera educadora en diabetes, Distrito Poniente de Almería, El Ejido.

 

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